La nueva era de la robótica

Mateo Nicolás Salvatto @Mateons nació en 1999 en Buenos Aires (Argentina) y se recibió con honores de la carrera Electrónica en ORT Argentina.  Este joven influyente en el mundo de la tecnología es ejemplo para la generación millennial. Un emprendedor en constante evolución con nuevos retos.

Después de obtener el campeonato nacional de robótica en Mini-Sumo, Mateo ganó el primer premio de la competencia internacional de robótica "Robotraffic". Competición organizada en Technion Institute of Technology, Haifa, Israel.

También tiene experiencia en el campo de la cohetería; lanzando dos cohetes experimentales con su equipo y otro cooperando con la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE).

Mateo fue nominado, junto con otros 14 emprendedores, al premio "Emprendedor del año 2016", por la embajada de EE.UU en Argentina.​

Su primer desarrollo tecnológico es la app ¡Háblalo!, diseñada para asistir a personas con problemas para comunicarse verbalmente y dificultades de audición. Está disponible para Android.​ Son tantos sus proyectos inspiracionales que bien merece seguir los pasos a través de la web https://www.mateosalvatto.com.

Aprender robótica jugando, es posible 

Cuando digo que construyo robots la mayoría de las personas se imaginan una de dos cosas; que trabajo en una fábrica de robots industriales, o que hago humanoides estilo Terminator en un proyecto secreto de alguna agencia de inteligencia.

En el momento en el que les cuento lo que hago realmente; no solamente me preguntan si es en serio, sino que la mayoría jamás había escuchado nada parecido…

“Construyo robots de pelea”, digo.

La robótica olímpica o robótica competitiva es un deporte que existe desde el siglo pasado. Nació en Japón como una alternativa tecnológica a las milenarias peleas de Sumo.

Siguiendo la misma línea del cásico deporte, los pequeños robots de 20x20 cm son colocados en un Tatami (Plataforma circular de madera) y activados por sus creadores cuando el árbitro da la orden. Una vez activados por los humanos, esperan cinco segundos y comienzan el combate.

De forma completamente autónoma, ambos robots utilizan sus sensores para buscarse el uno al otro alrededor del Tatami e intentar tirar a su contrincante con sus afiladas rampas metálicas. Quien abandone la superficie del Tatami primero, es el perdedor.

Cuando esta disciplina japonesa se expandió al mundo occidental nacieron muchísimas otras alternativas. Tal es el caso del Mini-Sumo (10x10cm), Carreras de robots, Resolución de laberintos, Futbol robótico, entre otras.

Hoy en día es un deporte con decenas de competencias en todo el planeta y dos “Mundiales” por año. Pero ¿Por qué nadie lo conoce?

Mi nombre es Mateo Salvatto, tengo 19 años, fui campeón argentino de robótica en 2015 y campeón internacional en 2016 (Technion, Israel). Todos los días me esfuerzo para que más personas conozcan este deporte que apasiona a tantos alrededor del mundo.

Siendo latinoamericano, siempre me encuentro con compatriotas que no pueden creer que en nuestra parte del planeta se desarrolle este tipo de actividad. Claro que sí, de hecho Latinoamérica es una de las regiones del mundo con más ligas de robótica. Así lo vemos actualmente en el siguiente mapa.

Fuente: All Japan Robot-Sumo Tournament[/caption]

Personalmente creo que un error de las generaciones actuales es no haber adoptado la robótica como un deporte más; enseñándolo en escuelas e institutos. Esta es una de las pocas disciplinas lúdicas que puede capacitar a las personas para trabajos del futuro.

Me explico. Normalmente, uno relaciona jugar con el descanso y la procrastinación. Por el contrario, relaciona aprender con el aburrimiento y el sacrificio.

La robótica deportiva es la forma de aprender jugando, de divertirse aprendiendo y de aprender sin darse cuenta.

Cuando yo empecé a construir mis primeros robots en 2014, no me planteaba “Tengo que estudiar robótica porque es mi obligación”.  Nada más alejado. Me esforzaba por aprender a mejorar mis robots porque quería que ganaran las competencias, como cualquiera que se esfuerza para pasar algún nivel difícil de un videojuego.

Ahora, cuatro años después - gracias a las habilidades que aprendí construyendo robots (Programación, impresión 3D, desarrollo de electrónica, etc.) - tengo un trabajo en el gobierno de mi ciudad y llevo adelante un emprendimiento tecnológico-solidario ¡Háblalo! que ayuda a más de 20.000 personas alrededor del mundo.

Mi objetivo  es lograr que la mayor cantidad de personas posibles se sumen a esta disciplina. Sueño con que todos los que quieran hacer un robot, puedan hacerlo, y se capaciten en habilidades del futuro en el proceso.

La robótica no es solo un juego. Puede ayudar a personas a conseguir trabajo, inspirarlas para seguir estudiando e impulsarlas a crear sus propios emprendimientos tecnológicos para ayudar a las personas.

Te invito a sumarte a esta disciplina. Para mí, sin ninguna duda, estamos frente al comienzo de la nueva era de la robótica. 

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