Solo contabilizando el pasado año 2016 más de 65,5 millones de personas se vieron forzadas a abandonar su hogar. Las ajenas a su voluntad son múltiples: la violencia, la guerra o la persecución, según datos facilitados por ACNUR.

La cruenta guerra de Siria que ya dura 7 años es el principal motivo de huida de su población civil.

Dejar la muerte atrás se convierte en una misión muy difícil; días de incertidumbre, hambre y terror hasta llegar con suerte a un campo de refugiados.

Sin embargo, ese es solo el comienzo del camino para recobrar una vida digna. Más de 1,2 millones de personas solicitaron asilo en la UE, muchas siguen a la espera.

Cabe recordar la resolución del Parlamento Europeo donde subrayaba la importancia de la integración de los refugiados mediante programas de alojamiento, alfabetización y cursos de idiomas, diálogo intercultural y formación profesional.

Para implementar este programa el Fondo Social Europeo (FSE) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional se comprometían a brindar apoyo financiero a los Estados miembros en sus esfuerzos por integrar a los migrantes.

De la misma forma, en el resto del mundo, han activado programas en este sentido.

Por el momento Chile es el último país en reasentar refugiados sirios. Concretamente 66 personas provenientes del Líbano, que incluso fueron recibidos por la la Presidenta Michelle Bachelet.

Integrar a los refugiados en sus lugares de destino 

Para que la integración al país sea la mejor posible los niños recibirán clases intensivas de español; además de apoyo por parte de profesionales psicosociales.

Por su parte los adultos serán ayudados para encontrar empleo para propiciar su autonomía y de la familia.

"Nosotros no conocíamos al pueblo chileno, pero estamos muy agradecidos de la acogida", dijo uno de los refugiados a través de un intérprete.

Lejos de los prejuicios son muchos los casos de éxito en la integración de refugiados como bien recoge en su web la ong ACNUR.

Por citar solo un ejemplo, el próspero taller de moda en Frankfurt, Stitch by Stitch, cuya diseñadora Claudia Frick ha contratado a seis refugiadas.

“Les damos una plataforma para que muestren sus habilidades” relata Nicole.

“Las empresas a menudo tienen dificultades para contratar gente. Ellas [las refugiadas] vienen de sociedades donde la artesanía y otros oficios están vivos aún, y quieren ponerlos en práctica”.